270. UNA MUJER QUE SABE LO QUE DESEA
MERIDIANA
Estos días de regreso a mi cabaña de origen, cerca de mi antiguo clan, me han traído muchos recuerdos de mi vida.
La muerte de todas mis hermanas, de mi maestra, me enseñó cosas valiosas, pero las más importantes:
A perdonar. Porque admito que en el fondo de mi corazón odiaba a muchas de ellas por tratarme tan mal y discriminarme.
Jamás quise hacerle daño a nadie, no es mi culpa que mi magia fuese tan tétrica.
Aun así, ese rencor lo enterré con sus cuerpos e hice las paces con mi clan.
Lo otro que aprendí es que la vida es demasiado corta para perderla en miedos e inseguridades.
Rousse piensa que él es el único que tiene las de perder, pero desde el inicio, yo también temo a no ser suficiente para él.
Por eso no voy a esperar más y sé que me respeta demasiado y siempre se reprime pensando en que me está presionando.
He tomado mi decisión, voy a ser valiente como Victoria.
—Estos son los momentos donde agradecería poderme ver —aprieto las manos en la falda del vestido.
Muevo