139. UNA NUEVA FAMILIA
NARRADORA
Todos estaban confundidos, incluso los Drakmor, al verse liberados de repente del azote mágico.
“¡NO SE QUEDEN PARADOS COMO IDIOTAS! ¡NO DEJEN PERDER EL SACRIFICIO DE NUESTRA GENTE!”
Hakon, el Alfa Indomable de la Manada del Pantano, le rugió a sus guerreros.
Su enorme lobo gris fue el primero en abalanzarse sobre el Drakmor más próximo.
La sangre manchaba ya la hierba del campo de batalla.
Cuerpos se acumulaban de los dos lados.
Luchaba sin miedo, porque al menos había enviado a sus hijas y a su compañera, la Beta Centuria, al palacio real.
Pero Hakon lo sabía, la ayuda ya venía en camino y era muy necesaria porque esas bestias no parecían tener final.
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Nyx estaba tan sumida en reparar las heridas dentro del cuerpo de su mate, que no reparó a tiempo en el peligro que se cernía a su espalda.
El hielo se agrietó, se fragmentó en pedazos al disiparse el hechizo.
Ojos rojos la miraban aún confundidos.
El Alfa Drakmor se encontraba en el limbo, necesitaba el último empujón