145. EL VERDADERO PODER
NARRADORA
Jamás habían corrido tanto y arrastrando ese peso demoledor.
—¡No sé, no sé, maldit4 sea, ya nos alcanzan! —le respondió la otra mirando hacia atrás.
Ambas, ocultas en los límites, nerviosas, ansiosas…
Si esta magia caía en manos de algún hechicero, todo el esfuerzo de la reina Zeraphina sería en vano.
Antes de tomar una decisión precipitada, sintieron una presencia moverse a su espalda.
Se giraron gruñendo, creyendo que su gente las había encontrado, o algún brujo… pero no, era alguien inesperado.
—¿Un Drakmor?
—¡Es el Alfa Drakmor, él es amigo de Aidan! —la otra le dijo al reconocer al gigante que salía de las sombras.
Las heridas profundas se acumulaban en la piel de Ignacio.
Más que trozos de carne, esa pelea le había arrancado pedazos del alma.
Al final venció la locura de su hija y ella misma provocó su muerte, aun cuando Ignacio le había dado una oportunidad de vivir.
Incluso con su dolor, el Alfa Drakmor vino a cumplir las promesas que hizo.
—¡Llévaselo a Aidan, a tu