VICTORIA
Cruzaba por calles angostas y comencé a ir en contra vía solo para evitar que me alcanzaran. Muchos, sin importar estar en una ciudad humana, se convertían en lobos.
Un aullido se escuchó a lo lejos y no estaba segura de si era aliado o enemigo.
—Es mi papá, él ya viene.
Miré a Ben que solo veía a través de la ventana, esperando por él.
Varios carros comenzaron a acercarse peligrosamente a nosotros, hasta que de la nada, un enorme lobo negro apareció estrellándose contra ellos.
Sus ojos dorados, mirando como nos alejábamos de él, lanzando otro aullido al cielo.
Lobos comenzaron a aparecer de todos lados, no podía reconocer quién era quién.
—Ellos mami, ellos son los protectores que vienen de mi papá.
Volteé a mi izquierda para observarlos, sus miradas iban del frente al otro lado de nosotros, donde los lobos rebeldes esperaban su momento para atacar.
Al frente, vienen varios carros dispuestos a cerrarnos el paso, pero yo no estaba dispuesta a ced