Hannah se quedó paralizada un momento, atrapada entre el agarre de Clara y el silencio de Jaden. La forma en que Clara la jalaba de las mangas hizo que su corazón latiera con incertidumbre, pero sus ojos se clavaron en Jaden: calmado, inescrutable, parado como si el caos que los rodeaba no existiera.
No podía ignorarlo y no quería hacerlo.
En silencio, sacó su mano del agarre de Clara.
—¿Hannah? —Clara parpadeó, sorprendida.
Hannah caminó de regreso a donde estaba Jaden con pasos suaves pero firmes y le ofreció una sonrisa llena de nerviosismo. —Jaden debe estar bromeando con nosotras —dijo con ligereza, empujándose el cabello detrás de la oreja—. De todos modos no es mala idea caminar a la plaza. Podemos aprovechar el aire, ¿verdad?
Le tomó suavemente la mano, sus dedos se enroscaron en los suyos con facilidad y lo jaló juguetonamente. —Vamos, caminemos juntos.
Pero Jaden no se movió.
—El helicóptero está llegando —dijo con calma.
Un leve zumbido se hizo más fuerte en el cielo