Perla.
Estuvimos en la fiesta solo un rato, ya que Leonor tuvo que irse a su casa y yo decidí irme a mi habitación para mirar algunas cosas que Leonor me dejó.
Leonor me habló de casi todos los invitados qué estaban en la fiesta y los negocios qué tienen en conjunto con el señor Greco, además de conocer a algunos de ellos.
Mirando la laptop—qué le pertenece a Leonor—, escucho dos toques a la puerta.
—¡Adelante! —vocifero desde mi lugar.
La puerta se abre de inmediato y veo entrar a Lidia y Angela, con sonrisa traviesas en el rostro. Están usando sus pijamas, lo que indica que ya están en su hora no laboral.
—¡Hola, señorita Perla! —saluda Angela quien se sienta a mi lado.
—Tu me debes una explicación, mujer —expresa Lidia—. Cómo es posible que hayas llegado con un traje de camarera y de pronto te desapareciste y regresaste con un traje muy llamativo, como toda una señora del círculo Greco.
—La verdad si te viste así —dice Angela con una sonrisa y asintiendo.
—¿En serio? —cierro la tap