El aire ardía con energía,la tierra vibraba bajo sus pies, y la luna brillaba con un fulgor carmesí
que hacía que toda la batalla se detuviera.
Los guerreros de ambas manadas habían dejado de pelear, sus miradas fijas en Laila y Kael, quienes se enfrentaban en el centro del campo de batalla.
Los ojos de Laila resplandecían con un tono rojizo,
su cuerpo irradiaba poder puro, y la marca en su piel palpitaba como un fuego vivo.
Kael gruñó, sintiendo el cambio en la energía a su alrededor.
Por primera vez…
él dudó.
La Primera Embestida
Kael fue el primero en moverse.
Rápido, letal, como un lobo cazando a su presa.
Sus garras destellaron bajo la luna, buscando desgarrar la piel de Laila.
Pero ella desapareció.
Se movió más rápido de lo que Kael pudo reaccionar.
Un segundo estaba frente a él. Al siguiente,
estaba a su espalda.
Y antes de que pudiera girarse, Laila atacó.
Con una ráfaga de velocidad, su garra se hundió en el costado de Kael, enviándolo rodando varios metros.
La multitud cont