Epílogo. Bajo la luna nueva
Epílogo: Bajo la luna nueva
El sol caía perezoso sobre los techos del castillo, bañando las torres de piedra antigua con un tono dorado. El viento traía el olor de las flores silvestres, del pan recién horneado y de la madera mojada de los bosques. Era una tarde tranquila, la clase de paz que solo se obtiene cuando se ha luchado demasiado para alcanzarla.
Desde la colina, se escuchaban risas. Risas de niños. De vida.
—¡Más rápido, tía Solene! —gritó Liam entre carcajadas, aferrado al lomo del lobo blanco que era Solene en su forma lupina.
Ewan, sentado cerca, alzó la vista del libro que leía y sonrió.
—Va a hacer que te rompas una pata —dijo en voz alta, fingiendo preocupación.
Solene, sin dejar de correr, le lanzó un gruñido divertido.
—¡¡Este cachorro no pesa nada!! —respondió con voz entrecortada desde su vínculo mental.
Liam chilló emocionado mientras el viento le despeinaba los rizos. Había crecido tanto. Ya no era el niño silencioso que se escondía bajo las mesas, sino un pequeñ