*—Danny:
Luego de pedir la comida, empezaron las preguntas.
—Entonces, ¿cómo va la vida juntos? —preguntó Luc, curioso, mientras jugaba con su servilleta.
Danny les compartió detalles del día a día sin entrar en intimidades. Uriel o él llevaban a Nathaniel a la escuela; generalmente Uriel, ya que su firma quedaba de camino. Danny, en cambio, trabajaba en la otra punta de la ciudad. A veces cenaban juntos, otras veían películas si Nathaniel no salía con Raye. Habían establecido rutinas sencillas, pero llenas de cariño.
—Me alegra saber que todo va bien —dijo Luc, asintiendo con sinceridad—. Se lo merecen, después de todo lo que han pasado.
Danny y Uriel se miraron con ternura. Como si fuera un reflejo involuntario, se inclinaron y compartieron un beso suave, discreto pero cargado de significado.
—¡Hey, hay niños aquí! —bromeó Damien con tono burlón.
Danny miró a su alrededor. El único “niño” presente era Nathaniel… y ya los había visto besarse muchas veces.
—A mí no me molesta —dijo Na