Era repugnante ver a las mujeres que fueron invitadas a nuestra boda sonreírle con coqueterías a Javier, mientras estaba conmigo, eso solo me confirmaba que todas habían pasado por su cama, ¿con qué clase de hombre me casó mi padre?
—mi amor tenemos que hacer nuestro primer baile, tomé a Caro de la mano, la llevé al centro de la pista y comenzamos a bailar siendo así el centro de atención del lugar. Cosa que me encantaba porque podía ver a las mujeres suspirar e imaginarse estando en el lugar de mi esposa, si tan solo ellas supieran que estoy aquí en contra de mi voluntad. Le di vueltas y la tomé entre mis brazos nuevamente, aunque tuve que ejercer un poco de fuerza porque ella trataba de dejarse de mí, cosa que me molestó mucho, no entiendo qué le pasa a esta mocosa, debería estar agradecida que le esté dedicando unos minutos de mi tiempo, mientras tengo tantas mujeres dispuestas ella quiere huir.
—quería que se acabara este bendito circo, pero eso no ocurriría hasta dentro de unas h