«Sé que quieres a Alina aunque te niegues a admitirlo». Dolores parecía intentar manipular la mente de Selena para hacerla cambiar de opinión y lograr que los ayudara; pero, lamentablemente para ella, Selena no caería en jebakannya. Al contrario, la chica mostró una sonrisa burlona en su rostro.

«¿Está intentando convertirse en lectora de mentes, señora Dolores?»

«Si no quisieras a Alina, la habrías echado desde la primera vez que vino a verte».

«Deje de decir tonterías como si me conociera, honorable señora Dolores Montalvo». Reprendió Selena con frialdad, dejando a la anciana momentáneamente desconcertada. «Yo no soy Alina, a quien puedes manipular y controlar tan fácilmente. ¿Acaso ya olvidó lo que pasó entre nosotras hace quince años?» La recordó, y sus palabras hicieron que el rostro de Dolores palideciera.

«Aunque no esté a tu nivel, yo también soy una mujer de negocios. Si interpretaste mi trato hacia Alina como un acto de cariño, entonces has malentendido todo. Para mí, Alina