Mundo ficciónIniciar sesiónSAMIRA
Aunque llamé primero, mi llave ya estaba girando en la cerradura. –¿Mamá? – Empujando la pequeña puerta del departamento, miré a mi alrededor. –¡Soy yo! –
Habría vivido con ella si me lo hubiera permitido. Su lugar era demasiado pequeño para las dos, pero lo habría hecho. Sin embargo, por más débil que estuviera mi madre, siempre conservaba su orgullo.
–¡Samira!– dijo, asomando la cabeza por la esquina del baño. –¡Por fin llegaste! – Su atención se posó en mis pies descalzos, mi cabello despeinado y mi vestido. –¿Qué pasó? ¿Estás bien?–
–¿Yo? ¿Estás bien tú?– Dejando caer mi bolso







