Mundo ficciónIniciar sesiónSAMIRA
Deslizándome fuera de la habitación, me concentré para asegurarme de que cada paso que daba fuera tan silencioso como un ratón de iglesia. No iba a despertar a Caine y permitir que me viera huyendo, y peor aún, ¿y si alguien más en la casa me veía?
Cerrando la puerta, me enfrenté al pasillo y respiré aire por primera vez de manera real.
Francesca se estampó contra mí, sus brazos estrangulando ese único respiro.
—¡Samira! —gritó, el sonido rasgando mis nervios—. ¿Cómo pudo pasar esto?
—¡N-no es lo que piensas! —balbuceé, mirando con horror la puerta de Caine. ¿Me iba a matar por haberme acostado con su hermano?
Abrazándome con más fuerza, frotó su mejilla contra mi hombro. Fue entonces cuando me di cuenta de que estaba llorando. ¿Era un problema tan grande?
—Samira —sollozó—. No sé qué hacer. ¡No puedo creer a esa perra! La odio. ¡La o







