Daniela parpadeó. ¿Qué quería decir con eso? Si él regresaba o no por la noche no era algo que ella pudiera controlar.
El agua de lluvia goteaba desde su mandíbula fuerte y atractiva. Daniela temió que se resfriara y de inmediato le dijo:
—Estás empapado, voy a traerte una toalla.
Daniela entró al baño y salió con una toalla, se la extendió y le dijo:
—Sécate un poco, ve a darte una ducha para que no te resfríes.
Nicolás arrojó la toalla al suelo de un manotazo:
—Señorita Paredes, ¿para qué me finges preocupación ahora? ¿Acaso planeas jugar conmigo otra vez?
Daniela miró la toalla que había caído sobre la alfombra, realmente se quedó atónita:
—Señor Duque, ¿qué significa esto? ¿Andas de muy mal humor o qué? ¿Acaso tu cita con esa belleza no salió como esperabas?
Dicho esto, Daniela se dio la vuelta para marcharse.
Pero Nicolás la sujetó del brazo delgado, impidiéndole irse.
Daniela forcejeó:
—¡¿Qué haces?! ¡Suéltame!
Nicolás soltó una risa fría:
—Así que sí sabías que salí con otra muj