Daniela miró a Mauro.
—Ya que sabes quién es Nicolás, ¿para qué preguntas lo obvio? Por supuesto que me duele, ¡porque lo amo!
El rostro de Mauro se ensombreció.
—¡¿Qué has dicho?!
Daniela lo empujó con fuerza y se marchó.
Mauro se quedó inmóvil, contemplando con mirada sombría la dirección por donde habían desaparecido Daniela y Nicolás. Si hace tres años logró separarlos, ahora tampoco permitiría que estuvieran juntos.
...
El lujoso automóvil avanzaba a toda velocidad. Nicolás y Jessica iban en el asiento trasero, con Fidel al volante.
Fidel sonrió.
—Nicolás, ¿ya te has reconciliado con la señorita Paredes?
Nicolás le lanzó una mirada.
—¡En el futuro no muestres tanta hostilidad hacia ella!
—Nicolás, ¿por qué sigues protegiéndola? ¿Ya olvidaste cómo te trató hace tres años? Arriesgaste tu vida para encontrarla después de cumplir tu misión, y ella ya te había traicionado con Mauro. Estaban a punto de casarse. Ella te consideraba una mancha en su vida. Mandó gente para destruir tu cara