También, había roto una copa. Últimamente, se había dejado hechizar por su belleza y estaba comportándose de forma impropia. Que hiciera lo que quisiera con Luis.
¡Bruja seductora!
...
En la mansión de los Méndez.
Luciana se quejaba en el sofá. —¡Papá, mamá, Mateo ha estado ignorándome!
Ángel se sorprendió. —¿Cómo puede el señor Figueroa ignorarte? ¿Ya se divorció de Valentina? ¿Cuándo se casará contigo?
—¡Todavía no se han divorciado! ¡Todo es culpa de ella, se niega a firmar los papeles! —pataleó.
Ángel miró severamente a Catalina. —¿Qué está pasando? Ella es tu hija, ¿por qué no la controlas? ¿Por qué siempre está obstaculizando el camino de mi hija?
—Tranquilo, cariño —susurró Catalina—. Me encargaré de que el divorcio se concrete lo más pronto posible.
—¿Cómo?
—En dos días es el ochenta cumpleaños de la abuela. Prepararé algo especial para la ocasión —sonrió, con malicia.
—Aguanta un poco más, Luciana —la consoló Ángel.
Luciana subió a su habitación y Ángel se dispuso a salir.
Cat