Daniel estaba furioso.
—¡Tú!
En ese momento, Valentina tomó a Daniel del brazo y negó con la cabeza.
—Daniel, no importa, iré a los Méndez.
Daniel bajó la voz.
—Valentina, seguro que Luciana está haciendo esto a propósito. Si vas a los Méndez, estarás metiéndote en la boca del lobo.
Valentina miró al mayordomo.
—Confío en la integridad del señor Celemín. Estoy segura de que me permitirá salir de los Méndez a salvo.
Daniel seguía sin estar de acuerdo.
—Pero Valentina...
—Daniel, iré a los Méndez. También quiero ver qué tipo de veneno ha afectado a Luciana.
Al ver la mirada inteligente y decidida de Valentina, Daniel no tuvo más remedio que ceder.
—Valentina, ten cuidado.
Valentina asintió.
—Lo tendré.
El mayordomo dijo:
—Señorita Valentina, por aquí, por favor.
Valentina siguió al mayordomo.
Daniela y Camila intentaron acercarse, pero los guardaespaldas de traje negro les bloquearon el paso. Ambas miraban a Valentina con preocupación.
—¡Valentina!
Valentina les dirigió una sonrisa tranq