Catalina quería darle una fuerte bofetada a Valentina.
Pero no lo consiguió, porque una mano grande apareció y sujetó su muñeca, deteniéndola.
Catalina levantó la mirada y vio a Héctor.
Héctor estaba de pie frente a Valentina, interceptando la bofetada.
El rostro de Catalina cambió. No esperaba que Héctor protegiera a Valentina.
Según sabía, Héctor y Valentina no habían tenido mucho contacto, y ahora Luciana era la hija de Héctor. Con Luciana postrada en la cama, lo lógico sería que Héctor no defendiera a Valentina.
Catalina, agitada, dijo:
—Señor Celemín, esta Valentina envenenó a Luciana, por su culpa sigue inconsciente. Solo quería darle una lección.
Marcela intervino inmediatamente:
—Así es, señor Celemín. Valentina se atrevió a envenenar a Luciana. Si no lo hubiéramos descubierto a tiempo, Luciana estaría en peligro de muerte. Hay que darle una buena lección.
Valentina observó a Héctor, que la protegía. Era muy alto y podía cubrirla completamente. Desde su posición, Valentina podí