Mateo miró a Luciana: —¿Ya sabes lo del corazón compatible?
Luciana lo admitió abiertamente: —Sí, ya lo sé. El corazón de Valentina puede ser compatible conmigo. Mateo, ¿por qué no me lo dijiste?
Mateo respondió con otra pregunta: —¿Y si te lo hubiera dicho, entonces qué?
Luciana contestó como si fuera obvio: —Entonces buscarías la manera de que Valentina me salvara.
Mateo guardó silencio.
Luciana insistió: —Mateo, ¿acaso no quieres salvarme? Entre Valentina y yo, ¿todavía dudas? ¿Ahora Valentina te hace dudar?
Mateo miró a Luciana: —Valentina no es una opción.
El rostro de Luciana palideció.
Él acababa de decirle que Valentina no era una opción.
—¿Entonces qué haré? Mateo, ¿vas a abandonarme? ¿Has olvidado tu promesa? Ya es bastante malo que seas tan inconsistente conmigo, ¿y ahora ni siquiera intentarás salvar mi vida?
Mateo dijo en voz baja: —Ya he ordenado que sigan buscando. Valentina no es una opción, pero te salvaré.
Dicho esto, Mateo salió, marchándose.
—¡Mateo, vuelve!
Luciana