Daniela se dio la vuelta y se marchó. Mariana se mostró resignada. En ese momento, Mauro se acercó a grandes pasos, bloqueando el camino de Daniela. —Daniela, ¿de verdad te gusta Diego?
Daniela asintió. —Sí.
Mauro seguía sin creerlo. —Imposible. ¿Cómo podrías fijarte en ese Diego? Seguro que lo haces para molestarme, Daniela. No pensé que usarías esa táctica de “acercamiento y alejamiento” para llamar mi atención.
Daniela estaba harta. —Mauro, escúchame bien, nosotros terminamos hace mucho. Éramos jóvenes, así que acepté que me usaras y luego me engañaras. La verdad es que nunca me gustaste, ahora me gusta Diego.
Mauro no podía creerlo. No podía aceptar que Daniela, quien siempre había estado detrás de él, se hubiera enamorado de otro.
—Daniela, ¿sabes quién es Diego? Su origen es humilde, ¿puede mantenerte? ¿O acaso lo mantendrás tú con tu dinero?
Daniela frunció el ceño. —Mauro, no entiendo su sentido de superioridad. Solo nacieron en mejores condiciones que Diego. Te digo que me gus