Joaquín se quedó perplejo. —Valentina, ¿cómo sabes que a mi diosa no le gustan las rosas rojas?
Marcela intervino: —Joaquín, no hagas caso a los desvaríos de Valentina. Creo que está celosa de que esa joven prodigio reciba tu atención y quiere sabotearte.
Joaquín la amenazó: —Valentina, será mejor que no arruines mis planes. ¡Voy a cortejar formalmente a mi diosa!
Valentina encontró esto divertido. Sonrió mirando a Joaquín. —Entonces, buena suerte, Joaquín.
Joaquín resopló.
Luciana no quería que la atención se centrara demasiado en la joven prodigio, así que continuó burlándose de Valentina. —Mateo, Valentina también ha venido al Foro Académico Cumbre, pero no tiene invitación.
Mateo miró a Valentina y preguntó en voz baja: —¿No tienes invitación?
Valentina negó con la cabeza. —No.
Mateo curvó ligeramente sus labios. —Parece que ese novio tuyo tan impresionante no es tan increíble después de todo, ni siquiera pudo conseguirte una invitación.
Valentina suspiró resignada.
Debía estar obs