Mariana sacó su teléfono y llamó a Luciana. Cuando Luciana se enteró de que Daniela había esperado toda la noche en el cine y había regresado empapada como un pollo mojado, estalló en carcajadas.
—¡Me muero de risa! ¿Y qué si es Daniela? Eso le pasa por ser fea. Mariana, eres increíble, Mauro ya está completamente embobado contigo.
Mariana sonrió con satisfacción: —Luciana, no te apresures. Mañana habrá más diversión.
—Eso le pasa a Daniela por juntarse con Valentina y ponerse en nuestra contra —respondió Luciana—. Es una lección para ella. Mariana, espero tus buenas noticias.
—Quédate tranquila, Luciana.
...
Valentina regresó muy tarde a la residencia. El dormitorio estaba a oscuras, sin luces encendidas.
¿Acaso Daniela no había regresado aún de su cita?
Parecía que Daniela se estaba divirtiendo mucho.
Valentina encendió la luz y de repente descubrió una pequeña figura acurrucada en la cama. Daniela ya había vuelto y se había acostado.
Valentina se extrañó: —Daniela, ya volviste de tu