Ahora, al ver la fotografía, todo tenía sentido. Valentina llevó la mirada hacia Luciana, conmocionada. —¿Fuiste tú quien le dio esta foto a ese hombre?
Los ojos de Luciana reflejaron una sombría decepción. ¿Por qué Luis la había protegido? ¿Por qué no había muerto ella? Y ahora habían descubierto la foto. Palideció.
Mateo tomó la fotografía de las manos de Valentina y, dos segundos después, clavó su mirada en Luciana.
Ella, asustada, negó inmediatamente: —¿Qué foto? ¡No entiendo de qué hablas! Sé que estás preocupada por Luis, ¡pero no puedes acusar a la gente sin pruebas!
—Mira bien esta foto. ¡Qué estúpida eres! —Se burló Valentina con frialdad.
Luciana revisó la fotografía y se sobresaltó al ver el logo de su teléfono en ella. Había olvidado eliminarlo. Su complicidad había quedado descubierta.
Alzó la mirada hacia Mateo, cuyos ojos parecían pozos sin fondo, la miraba con una peligrosa hostilidad que jamás había visto antes. —No es lo que parece. Déjame explicarte, yo...
—¿Qué hay