Daniela miró a Nicolás.
—Vámonos.
Los dos se fueron. Margot se quedó sola, paralizada en el lugar.
No podía creer que Daniela y Nicolás simplemente la hubieran abandonado así. ¿Por qué?
Margot pisoteó el suelo de pura rabia —estaba realmente furiosa.
Parecía que tendría que usar su arma secreta.
Margot sacó su teléfono y marcó un número.
—Hola, ayúdame a encontrar a dos personas... ¡te pagaré!
Margot miró con malicia hacia la dirección en la que había desaparecido Daniela. No dejaría que Daniela fuera tan feliz —si ella no podía estar bien, entonces nadie podría estarlo.
En la mente de Margot volvió a aparecer ese rostro apuesto de Nicolás. Como dicen, mientras más inalcanzable es algo, más lo deseas.
Nicolás más bien había despertado su deseo de desafío —juró que conseguiría a ese hombre.
***
Daniela y Nicolás subieron al auto de lujo. Nicolás manejaba y Daniela iba sentada en el asiento del copiloto.
Daniela miró a Nicolás.
—Parece que no te gusta nada Margot.
—¿En serio? —respondió