Daniela sacó una grabadora de voz de su ropa. Miró a Mauro y Jessica.
—Mauro, Jessica, toda nuestra conversación de hace un momento fue grabada. Esta es la evidencia de su crimen. Ahora tenemos testimonios y pruebas físicas. ¡Se quedarán adentro toda la vida, no piensen en salir!
Mauro y Jessica se sobresaltaron. No esperaban que este fuera el plan de Daniela, y que además hubiera grabado todo.
—¡Dame la grabadora! ¡No! —Jessica luchó.
Daniela entregó la grabadora al policía.
—Oficial, esto es para ustedes.
—¡Muy bien! —El policía recibió la grabadora y miró a Mauro y Jessica—. Ahora tienen derecho a permanecer en silencio. Nos vemos en la corte.
Jessica tenía una expresión feroz.
—Daniela, realmente te subestimé. ¡No puedo creer que perdí contra ti!
—Jessica, ya te lo había dicho. Nicolás nunca fue tuyo. Siempre estuviste codiciando cosas que no te pertenecían. Ahora es momento de pagar el precio.
Mauro luchó, quería liberarse de las ataduras de la policía y abalanzarse sobre Daniela.