Capítulo 78 —Dormir no es fácil. Despertar tampoco.

Narrador:

La habitación estaba sumida en ese silencio clínico que nunca era silencio real: respiradores, monitores, el zumbido del aire acondicionado. Valeria no escuchaba nada de eso. Ni veía nada. Solo podía mirar el rostro gris de su padre, tan distinto a cualquier versión que tuviera de él.

La puerta se abrió despacio. La doctora entró con un expediente en la mano, el rostro serio, triste, profesional.

—Señora Mattos… —comenzó.

Valeria no reaccionó, no giró la cabeza, no pestañeó. Luigi sí.

Él la rodeó un poco más con el brazo, sin soltarla, y mantuvo la mirada fija en la doctora para no perder ni una palabra.

—Como le dije al principio, el estado de su padre… —siguió la mujer, con voz baja —se ha deteriorado en las últimas doce horas. Los signos vitales están colapsando. Los riñones dejaron de responder. El cerebro está en una actividad mínima… solo reflejos primarios.

Valeria permanecía rígida, clavada al barandal de la cama, lo