Capítulo 580
Después de que terminaron de hablar, se ayudaron mutuamente a levantarse del suelo y se sentaron en el sofá, listos para disfrutar del espectáculo.

Ya que Dante había llegado con una actitud tan dominante, golpeando incluso al alcalde, ¿no sería pan comido ocuparse de un simple Faustino?

Pero lo que no sabían era que Dante estaba exprimiendo su cerebro pensando cómo disculparse con Faustino.

Al oír sus gritos, ¡hasta le dieron ganas de matarlos!

Furioso y desesperado, les gritó:

—¡Me cago en todo, ¿quieren que me muera?!

—¡Cállense la puta boca, imbéciles! ¿Quién les dijo que ofendieran a don Faustino?

—¡Parece que todos están cansados de vivir!

—¡Vengan aquí inmediatamente y arrodíllense ante don Faustino para disculparse, o no los perdonaré!

Al final, Dante estaba tan agitado y asustado que ni podía mantenerse en pie.

Al ver la reacción de Dante, Demian, Juan y Rufino quedaron atónitos.

Nunca esperaron que Dante no solo no castigara a Faustino, sino que incluso lo llamara ¡don Fausti
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