Al mismo tiempo, el corazón de Daniela, que antes había dejado de latir, comenzó a palpitar lentamente; aunque al principio los latidos eran muy débiles, conforme la perla plateada seguía girando en su interior, el ritmo se volvió más firme y regular, mientras su respiración también se estabilizaba gradualmente. Con esto, Daniela finalmente había escapado del peligro mortal.
—Estas hierbas medicinales no están mal.
Esta hazaña podría considerarse como arrebatar a alguien de las manos de la muerte, pero la expresión de la Dama Dragón permaneció inmutable mientras dirigía su mirada hacia las cinco hierbas que Faustino había recolectado. Sin hacer ningún movimiento visible, solo sostuvo las hierbas en sus manos y estas se marchitaron a simple vista, pues la Dama Dragón había absorbido por completo todas sus propiedades medicinales.
—Ya he salvado a tu persona, no olvides lo que me has prometido.
La Dama Dragón hizo un gesto con la mano y la perla plateada salió inmediatamente del cuerpo d