Amanda lo observó mientras se marchaba. Dejó escapar un suspiro de alivio. «Al menos todavía tengo mi trabajo y no tengo ninguna razón para huir. No soy Mabel», pensó.
El pensamiento de Mabel cruzó su mente. Han pasado cinco años desde la última vez que la vio. Recuerda cómo desapareció en el aire después de aquella mañana.
Amanda dejó escapar otro suspiro. Esta vez fue por el recuerdo. En el momento en que entró al pasillo, pudo sentir las miradas de los empleados posarse sobre ella. Susurros y conversaciones en voz baja zumbaban alrededor de la oficina, especulando sobre su inesperada interacción con el jefe.
—Qué primera impresión —murmuró Amanda por lo bajo. Decidió mantener la cabeza en alto y fingir como si nada hubiera pasado. Caminó directamente hacia la recepción. No sabía dónde estaba su oficina y necesitaba preguntar.
A solo unos pasos de la recepcionista, Amanda avista a la Señorita Kira caminando en su dirección. Su corazón dio un salto de alegría. Kira es su fan después