Dos años atrás
Victoria
Una vez solos, con mis primas y amiga a una distancia prudente, nos miramos; mi corazón se quería salir.
—Espero que tus hermanos no nos vean. ¿Ibas a comer mierda?
—Milena, nada más se está desquitando, el año pasado la obligué a comer la mierda de mi perro. —sonrió.
—Ustedes son terribles.
—¡¿Se están conociendo?! —gritó Andrea.
—En la encrucijada en que me pones, Vic.
—Tú viniste, yo no te obligué. —No comprendí dicha mirada de su parte.
Se acercó, su mano me tomó por el cuello, abarcaba gran parte de este y la mejilla. Ese roce logró erizarme por completo la piel. Cuando su aliento golpeó en mi rostro, caí sumergida en un mundo de sensaciones embriagadoras. Su boca impactó con posesividad, pero no pude hacer nada. La emoción, la felicidad me dejaron estática, además nunca había besado. Se percató de ello.
—¿Nunca habías besado?
—No. — Sentí el calor desde el cuello, sonrió.
—Sígueme.
Eso hice. La boca de Enrique envolvió la mía por completo, me besó con