Prendí la luz y me miré en el espejo. Un rastro de marcas rojas cubría mi cuello y llegaba hasta el pecho. En donde tenía las marcas se veían que se me estaba inflamando la piel y me picaba mucho. Mojé una toalla con agua fría, luego la coloqué sobre las ronchas para enfriarlas, pero luego sentí lo mismo en la espalda. Era obvio qué lo había causado. "Leo...." escuché la voz de Sylvester de nuevo. Aunque me sentía incómodo, sabía que tenía que responder. "Buenos días, Sylvester." le contesté, quitándome los shorts para meterme bajo la ducha fría. Planeaba ir directo al cuarto de Erik para que me diera lo mismo que le dio a Devin, porque dudaba que pudiera aguantar todo el día así. Era una rasquiña insoportable. "Hay una mujer llamada Gezel Westwood en la puerta. Dice que es la madre de Amelia. ¿Deberíamos dejarla entrar?" me preguntó, y de inmediato dejo de importarme la rasquiña. Gezel, Gezel, solo podía pensar en eso. "Un momento." le dije a Sylvester e intenté enlazarme
~Amelia~ Cuando desperté, Leo no estaba a mi lado. Alguien tocaba la puerta. No sabía quién era, pero no era un buen momento tampoco. Yo deseaba dormir un poco más, pero parecía que no me iban a dejar. Miré el reloj. Eran ya casi las ocho. "Amelia, Amelia..." escuché la voz de Alexei, y me pregunté por qué estaba tocando mi puerta. Extrañaba mucho nuestra casita de Mountain. No veía la hora de que todo esto terminara. No había privacidad en este castillo. Gruñí y me sentí un poco irritada. "Ya voy!!" logré decir, y los golpes se detuvieron. Me levanté de la cama y fui a la puerta. La abrí y me alejé para ir a cepillarme los dientes. Lo que Alexei tuviera que decirme podía esperar. No me gustaba tener mal aliento en la mañana. "Amelia." dijo, y levanté la mano, señalándole que esperara mientras caminaba hacia el baño. No tardé ni cinco minutos en cepillarme los dientes y enjuagarme la boca. Salí del baño, y él todavía estaba parado en la puerta. No me había tardado mucho,
Me sentía incómoda. Estaba brava con mi madre y también nerviosa por conocerla. Intenté relajarme para que esto no afectara a mi bebé, pero no podía. Así que fui a bañarme, esperaba que el agua tibia me calmara, me paré debajo de la ducha, sintiendo cada gota de agua y me abracé. ¿Dónde estaba Leo? ¿Por qué me dejó sola en esto? Aunque parezco fuerte la mayoría del tiempo, no quería hacer esto sola. Aunque esto debería ser una buena noticia, me sentía furiosa. Sentí que lo que hizo fue por conveniencia. Sentí que fue injusto. "Leo...." intenté enlazarme a él, y hubo silencio. "Leo?" volví a intentarlo. "Amelia..." respondió, y exhalé. "¿Dónde estás?" pregunté. "Estoy en la enfermería. Este brote, es insoportable. Nos dieron medicamentos, y estamos esperando a que la rasquiña y la inflamación se nos pasen. También me siento un poco dormido." dijo, y recordé lo que había dicho Erik del AgK32. Dijo que el brote sería un efecto secundario, pero dijo que sería leve. ¡Mentiros
"No podía quedarme contigo porque no sabía cuál sería mi destino. Por eso no quería entorpecer tu camino, pero yo anhelaba que estuvieras en un lugar donde no te fueran a encontrar. Le dije a Karen que te llevara a algún sitio que yo no supiera, en caso de que me capturaran y me torturasen, no podría decirles donde estabas. Más después descubrí que Yuri encontró a mi Omega y la mato. Hubiera preferido quedarme y buscarte, pero no pude. Demasiada gente estaba buscándome, y no quería que supieran de ti. Mis propiedades y recursos habían sido incautados. No tenía ni en que caerme muerta, nada me quedaba. El Alfa principal del Oeste me lo había quitado todo para sacarme de mi escondite. Estaba en la calle y sin esperanzas. No podía hacer mucho más que esconderme y tratar de sobrevivir. Por favor, Amelia, perdóname…" dijo hablando rápido, se notaba cuan nerviosa estaba. Parecía que tenía mucho que decir y necesitaba que la escuchara, y también parecía que tenía miedo de que yo le dije
~Sylvester~ Después de avisarle a Leo sobre Gezel Westwood, empecé a sentir que me ardía la espalda y me rascaba un poco. No le di mucha importancia y pensé que se me pasaría rápido. Mi mente estaba ocupada con todo lo que estaba pasando. Mentiría si dijera que no estaba nervioso por ir a enfrentar a Yuri en Gad. Quería que todo terminara, y la espera me ponía peor. Entré rápido a la ducha porque tenía mucho que planear, aun sentí la rasquiña y el leve ardor en la espalda, y pensé que el agua tibia me ayudaría a quitármela. Tamia entró al baño y gritó. Me voltee para mirarla a ver qué había pasado, y se veía preocupada. "¡Tienes la espalda roja!" dijo, y entonces supe porque era. "Erik" dijo Knight en mi cabeza, e intenté darme la vuelta hacia el espejo para ver cómo estaba. Efectivamente tenía toda la espalda brotada, con ronchas rojas. Agarré mi bata y salí. Verlo hizo que la rasquiña aumentara. Tal vez era algo psicológico, pero se había vuelto insoportable. "¿A dónde v
Erik se encontraba completamente seguro de que ninguno de nosotros se salvaría de los efectos secundarios. Hablando del rey de Roma, justo que se asoma. En ese momento entro Erik, se veía tranquilo, como si tuviera todo planeado. Se acercó a mí y me saludó con respeto. "Su Alteza" dijo, y yo asentí, intentando controlar las ganas de darle un coñazo, por habernos dicho que sería algo leve. "Disculpe las molestias. Pronto va a tener la piel como un bebé." logró decir, y ni siquiera me molesté en responderle porque el medicamento comenzó a hacer efecto y me sentía somnoliento. Me recosté en la cama, con los ojos pesados, dejándome llevar del sueño. Poco a poco, me quedé profundo. Desperté en la enfermería. Estaba aturdido por los efectos de los medicamentos, pero la picazón y la sensación de ardor en la espalda habían desaparecido. Miré a mi alrededor y noté que las camas de David y Leo estaban vacías. Mientras que Marcel, Vino y Theodore seguían durmiendo. Erik se acercó a mí, so
~Sylvester~ Me quede abrazándola un rato. Podía sentir el palpitar lento pero seguro de su corazoncito. Más en mi corazón estaba el temor de que, si esto se alargaba, pasaríamos demasiado tiempo lejos de Liam y Harper.Nos quedaban nueve días, y todo terminaría. "No puedo ni imaginar que mis hijos no me conozcan. Hubieras visto como trataba Amelia a su madre." dijo, y se sonó la nariz. Luego se alejó de mí. "No es que fuera grosera. Simplemente no había ningún vínculo entre ellas." dijo Tamia, y yo le sequé las lágrimas. "Amelia creció en un orfanato y ha pasado por muchas cosas. Estoy seguro de que no nos ha contado todo lo que le ha pasado. La dura realidad de su vida la ha hecho insensible a ciertas cosas. No puedes esperar que muestre emociones como los niños normales. En cambio, sus hermanos no crecieron en un orfanato donde los etiquetaban como bichos raros. Ambos tienen recuerdos de sus padres, aunque sea solo uno. Pero Amelia nunca conoció ni a su padre ni a su madre.
"Pues dudo bastante que el AgK32 nos ayude lo suficiente para vencerlos. Tal vez nos dé más chances, pero dudo que tengamos éxito contra los Stepanovs de verdad." dijo ella, y esperé a que terminara lo que quería decir. "Mi punto es que, nos guste o no, necesitaremos toda la ayuda posible para ganar esto, y ahora mas que nunca necesitamos a los Stepanovs de nuestro lado. No todos pueden ser iguales, y estoy segura de que la mayoría no está de acuerdo con las ideas de Yuri. Por ejemplo, mira a Inkabod, solo le obedecen porque no tiene de otra. Pero ahora tu les has dado libertad y un hogar. Has restaurado su linaje y su nombre. Ahora tienen una opción, y estoy segura de que lucharán voluntariamente para mantener lo que les has dado." dijo. Necesitaba que entendiera mi punto tanto como yo entendía el suyo. "¿Entonces quieres decir que deberíamos dejarlos que se unan a nosotros? ¿Y si le dicen a Yuri lo que sabemos?" le pregunté, y ella movió la cabeza. "Sí, pero no van a saber