Linda y Theodore fueron los primeros en irse, seguidos por Dominic y Katya. Cuando Sylvester y yo nos fuimos, vi a Avery y Marcel aun bailando. Supongo que estaban disfrutando mucho de la fiesta, pero Sylvester me alzo de repente y me cargó en sus brazos, por lo que rodeé su cuello con mis manos.
Me alzo con tanta facilidad que me recordó las pocas veces que me subió a su hombro en mitad del desayuno porque sabía que yo estaba caliente y quería poseerme.
¡Qué recuerdos tan felices!
Sentir que le presta atención a mis sentimientos y necesidades, demuestra lo mucho que me ama. Me llevó en sus brazos hasta nuestra habitación y en cuanto entramos, entendí por qué no nos habían dejado entrar desde el día anterior.
Habían decorado el cuarto de una manera muy especial para este gran día; había flores por todos lados, con pétalos de rosa en el piso y la cama. También había velas estratégicamente ubicadas, una cubeta con champán en la mesa y dos copas. Sylvester me llevó hasta la cama y me reco