Daniela tenía cierta capacidad.
Esa noche, Theo asistió a una reunión de negocios, uno de esos compromisos sociales inevitables en el mundo empresarial.
Acababa de regresar al país y se preparaba para hacerse cargo de la empresa. Aunque no era muy aficionado a este tipo de cenas, tampoco quería arruinarle la diversión a otros. La cena fue en un club privado exclusivo. El anfitrión era Gregorio, un socio comercial que quería renovar su colaboración con Integra Universal, solo esperaba que Theo diera el visto bueno y firmara.
Para complacerlo, Gregorio había invitado a un grupo de modelos para amenizar.
Gregorio bajó la voz y dijo:
—Algunas son de universidades prestigiosas, muy frescas, son chicas puras que no se dedican a eso. Caballeros, hay que tratarlas con delicadeza.
Los que entendían, entendían. Estas chicas tenían estándares altos, no acompañaban a cualquiera fácilmente.
Si querías llevártelas para una noche de diversión, probablemente no aceptarían, al menos nominalmente tenía