Esta respuesta dejó a Damián conmocionado.
Se quedó en silencio por mucho tiempo, luego tomó su teléfono e hizo una llamada:
—Hay un paciente con una lesión en los pulmones, me gustaría que Joaquín lo examine, pero Joaquín debe mantener confidencialidad. Sí, no le digas nada a mis padres.
Milena, a su lado, se sintió identificada.
Después de que Damián terminó la llamada, su cuerpo se relajó lentamente y volteó la cara hacia la ventana lateral.
Al atardecer, el sol poniente tiñó el cristal transparente de un color naranja rojizo, viéndose muy brillante, pero su corazón se sentía pesado.
No sabía por qué había aceptado ayudar.
Probablemente era porque Susana había sufrido demasiado.
Su compasión era como una forma de compensar a la Aitana de aquellos años.
...
En el hospital, la puerta del cuarto VIP se abrió con un chirrido.
La persona que entró resultó ser David.
David traía en la mano un termo, lleno de sopa fresca de pescado. Observó el cuarto VIP de unos 80 metros cuadrados, limpio