Aitana estaba muy agradecida con Zarina.
Justo cuando estaba indecisa, llegó una llamada de la mansión de los Uribe. Alejandro quería hablar con Aitana.
La llamada la hizo Fernando. En la familia Uribe la etiqueta era muy estricta, y ahora que Aitana era invitada de Alejandro, Fernando, el mayordomo de la casa, le hablaba con toda cortesía.
—Sin importar lo que pase entre tú y Damián, hazlo por consideración al viejo señor —dijo Fernando—. Él siempre te ha apreciado muchísimo.
Aitana aceptó.
……
El inicio del invierno había llegado.
Los jardines de los Uribe tenían un encanto particular durante las cuatro estaciones del año.
Aitana estacionó su coche y al bajar vio a Fernando, quien había venido personalmente a acompañarla hasta Alejandro, lo que demostraba la importancia de la visita.
Durante el camino, Fernando conversó brevemente con ella sobre temas triviales, sin mencionar a Damián.
Aitana hizo lo mismo.
Cuando llegaron al despacho del viejo señor, se acercó el secretario de Fernan