Cuando despertó, no se encontraba en Residencial Aires del Sur, sino en la sala de descanso de la oficina presidencial del Grupo Innovar. Era la primera vez que Aitana estaba allí; incluso cuando era esposa de Damián, nunca habían compartido momentos íntimos en este lugar.
Un espacio de 60 metros cuadrados, impecable y con carácter, predominantemente en tonos negro y gris.
El estilo característico de Damián.
Aitana se incorporó y descubrió que su traje había desaparecido, reemplazado por una camisa negra y unos shorts deportivos masculinos, probablemente de Damián, guardados ahí desde hace algunos años.
La cintura le quedaba algo suelta, pero el cordón ajustable lo solucionaba. Al menos era llevable.
Aitana ni siquiera se molestó en adivinar quién la había cambiado; lo importante era que ahora se sentía mucho mejor y no tenía ganas de darle vueltas al asunto.
Al levantarse, caminó hacia el ventanal y tomó un portarretratos de una de las estanterías.
Era una foto de ella con Damián.
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