El Jardín Infantil Picasso era el preescolar más exclusivo de Palmas Doradas.

La matrícula anual ascendía a 20,000 dólares.

Los niños que estudiaban allí venían de familias poderosas o adineradas, todas igualmente influyentes.

Cuando Aitana llegó al jardín, se dirigió a la oficina del director donde encontró a dos pequeños: Nancy, la hija de Antonio, y un niño delgado, de piel clara y muy hermoso.

Además de su belleza, algo en él le resultaba extrañamente familiar a Aitana, como si lo hubiera visto antes. El niño, al verla, la miró fijamente, como si quisiera correr hacia ella pero se contuviera.

Porque Nancy la abrazó primero, levantando su rostro bañado en lágrimas: —Tía Aitana.

Aitana acarició su cabeza, pero no podía evitar mirar al niño.

Nancy se volvió, poniendo las manos en las caderas, y le dijo al niño: —Esta es mi tía Aitana, que se casará con mi papá y será mi mamá.

Palabras inocentes que Aitana no contradijo, solo acarició la cabeza de la niña con suavidad: —Escuché que pel