Ambos nos quedamos en silencio porque no teníamos nada más que decir y no puedo negar que se volvió incómodo porque terminamos peleando y esa nunca fue la intención de ninguno de los dos, pero decidimos dejar todo así y nos quedamos dormidos.
Despierto y la veo dormir, no voy a negar que me da cierto miedo, como durmió tanto tiempo… Me levanto, voy al baño a hacer mi rutina de aseo personal. Al terminar me coloco presentable y voy a buscar al médico porque no quiero estar ni un día más aquí, lo encuentro ¡buenos días, doctor! Necesito llevarme a mi esposa el día de hoy.
—señor Esposito buenos días, luego de hacerle la revisión a su esposa si todo sale bien se pueden ir.
—¡gracias, doctor! Lo estaremos esperando… Me despido y voy a ayudar a mi esposa a asearse.
— Dormí fabuloso porque hacía frío, pero el cuerpo de Federico era muy caliente, pero desperté al sentir frío y noté que él no estaba en la habitación, al rato veo a mi esposo entrar ¡buenos días! Menos mal llegaste… ¿Será me pu