Una tortura, eso era la radioterapia y no tanto por el tratamiento en sí, sino por los efectos secundarios… He sentido que muero con los malestares, pero luego pienso en que tengo una familia esperándome en casa y saco fuerzas para seguir. Hoy es la última sesión y tengo una mezcla de sentimientos, amor, odio. Tener que volver a pasar por esto, pero amo la idea de ir a mi casa para comprobar cómo está mi esposa e hijos; creo que la situación con Emily sigue igual, porque mi familia no ha podido darme razón de ella, es más, creo que se negó a ver a mi hermano Mateo y eso me tienes sumamente preocupado.
—estaba agradecido de que Emily estuviera en su casa, porque mi hermano se veía horrible, estábamos reviviendo el proceso que hizo antes de la operación y aunque sabemos que esto es muy diferente porque ya no hay rastro de cáncer en su cuerpo igual es preocupante ver cómo se desgasta física y emocional. Se supone que el tratamiento se podía hacer una vez por semana, incluso una vez cada