La mañana llegó, el Boss de la mafia bajó muy temprano a su despacho, en su mano llevaba una taza de café muy caliente, él esperaría pacientemente a que Nathalia despertara y le diera una explicación
El Boss quería el nombre del tipo con el que estaba saliendo, investigarlo, saber de que familia provenía y en qué pasos andaba metido, de ninguna forma pensaba dejarlo vivo, había enviado a su hija a casa bastante tomada y en estado inconveniente para una chica como ella, eso no se lo iba a perdonar, Nathalia tal vez no podía ver que si de verdad la quisiera no la dejaría exponerse así ante su familia
Mientras tanto, en la residencia de Nathaniel, Angela lo despertaba
— Nathaniel... Nathaniel... — el mafioso dormía cómodamente en una fina pijama verde oscuro, sus perfectas facciones estaban relajadas y no tenía ganas de levantarse
— Angela, son las siete de la mañana, vuelve a dormir que es muy temprano
— Nathaniel, tengo hambre, tengo antojo de las crepas de la calle siete y ocho, ¿po