El aire permaneció en silencio durante mucho tiempo.
Levanté la cabeza y nuestras miradas se encontraron.
—Oficial Morales, déjeme contarle una historia.
—Había una familia de cuatro personas que siempre se llevaron muy bien, viviendo felices y en armonía. De repente, un día, el padre se lesionó y perdió ambas piernas, y a la madre le diagnosticaron uremia. En ese momento, las dos hermanas de la familia eran aún jóvenes, la mayor tenía solo 16 años.
—Así que la hermana mayor abandonó la escuela y comenzó a trabajar para ganar dinero, pero debido a su corta edad, sus ingresos eran muy escasos.
—Sin embargo, no había alternativa; tenía una hermana menor que estudiaba y una madre que necesitaba tratamiento médico, así que la hermana mayor hacía cualquier trabajo, dormía solo unas pocas horas al día y perseveró así durante muchos años.
—Justo cuando la hermana menor estaba a punto de graduarse de la universidad y la carga familiar por fin comenzaba a aligerarse, un pervertido puso sus ojos