Una Noche Lluviosa y Llena de Amenazas.
Regresé a la habitación pensativo, esta nueva información me dejaba sabor amargo en la boca. No podía demorarme, tenía que actuar lo antes posible; si el FBI se movía rápido, yo debía ser más rápido.
Agarré la ropa que siempre tenía lista. Ya iba siendo hora de ponerse serio, los juegos se han acabado.
—¡Jareth! —El grito enfurecido de Isabel me sacó de mis pensamientos. Estaba sentada en la cama, la frustración por nuestro encuentro incompleto y la rabia por mi indiferencia se mezclaban con una creciente alarma por la llamada—. ¿Quién era? ¿Que puede ser mas importante que atender mis necesidades ? ¿A dónde vas a estas horas?
La miré, con mi rostro inexpresivo. No podía decirle nada. Cuanto menos supiera, más seguros estarían ella y mis bebés.
—Tengo un asunto urgente que atender, Isabel. Algo que no puede esperar.
—¡¿Un asunto urgente?! —Se levantó de un salto, envolviéndose en la sábana, la furia brillando en cada poro de su piel—. ¿Y me dejas así? Después de... ¡eres un b@sta