Dalia
Adam estaba enganchado a mi cuerpo sosteniéndose de mi cuello. Su mochila y mi bolso estaban en una de mis manos mientras la otra lo rodeaba por la cintura.
Él besaba mi mejilla una y otra vez mientras iba descendiendo por las escaleras para encaminarnos al comedor y poder desayunar.
—¿Dormiste bien? —cuestioné suavemente mientras atravesábamos la sala.
—Si, mami —mi sonrisa fue suave mientras me adentraba en el comedor en donde Lowen, Helan y Khail ya se encontraban esperándonos para desayunar.
—Hola, pequeño —saludó Lowen emocionada y Adam se removió para bajar de mi cuerpo y poder ir hacia ella.
Lo hacía todas las mañanas. Se inclinaba hacia ella y besaba su mejilla como saludo antes de regresar a su lugar junto a mí y sentarse a desayunar.
—¿Durmieron bien? —cuestionó Khail a ambos y Adam asintió mientras pasaba detrás de él.
—Si, ambos lo hicimos —admití mientras tomaba mis utensilios para comenzar a comer y Adam hizo lo mismo.
El desayuno fue como todos los demás q