Capítulo veintinueve
—Tienes que comer —asiente, me toma por los hombros y las piernas.
—¿Te duele? —niego—Te llevaré a la cama asique debes ser fuerte ahora que te levantaré por si te duele algo— me alza haciendo tronar mis huesos y reprimo un grito de dolor, él aprieta el botón de ascensor y acerca su cara a la mía.
Subo mi cabeza y él entiende el mensaje cuando pega sus labios con los míos haciendo una explocion de sabores en mi boca. Se despega de mí para entrar en el elevador y precionar el botón del tercer piso.
Su perfil serio y preocupado es imponente y relamente tentador—¿Cómo le haces para verte tan sexy aún cuando apestas a alcohol? —me escanea y sale del ascensor, sonríe y camina hacia nuestro cuarto.
—No lo sé, es un misterio, o