Tomo su brazo y la saco del salón, corro lejos hasta el pasillo de las habitaciones y dejó que mi cuerpo tome respiración —Estoy sumamente nervioso —desvío la mirada —quiero pedirle a Brianna que esté conmigo toda la vida, pero ahora con toda la presión que hay se me hace difícil —la observo de reojo y antes de que pegue su típico grito de cuando algo la emociona tapó su boca —¡Shhhh! ¡Cállate! Es secreto —susurro.
—Vale, vale, entiendo —sus ojos verdes brillan y da pequeños saltos en su lugar. Definitivamente está loca —¿Y ya pensaste en las palabras que vas a decir? —susurra y me jala de la camisa.
—No.
—Entonces, ¿qué esperas? Práctica.
Me suelto y doy dos pasos hacia atrás —pero, ¿cómo quieres q