_ Y bien, te vas a quedar para allí ¿o vas a jugar conmigo? _ le dijo Alex frunciendo el ceño _. Porque, para eso viniste ¿no?
Tanto Patrick como Lucy estaban impávidos ante la desenfadada actitud de Alex y la postura de Edward, quien miraba a su nieto con una mezcla de asombro y seriedad. ¡Ese niño tenía un gran carácter!
_ Yo no juego... _ le dijo el hombre con firmeza _. No me gusta hacerlo... eso lo pueden hacer ellos.
Alex enmarcó una ceja, una actitud tan típica de James y de él mismo, que le heló la sangre. No cabía duda alguna, ese niño era un Lee de pura cepa. Su nieto, su deseado heredero.
_ Entonces, viniste a molestar o hacerme perder el tiempo _ dijo Alex, dándose vuelta _. Si no vas a jugar conmigo, puedes irte por donde viniste.
Edward abrió la boca frunciendo el ceño, mirando a sus hijos quienes reían por lo bajo.
_ ¡Oye niño! _ le dijo el hombre siguiéndolo _. Tú debes respetarme, porque yo ... yo ... soy
_ ¡Papá! _ se interpuso Lucy entre ellos _. No di