22. Un mejor lugar.
Han transcurrido varios días desde que el pequeño recibió su primer tratamiento de quimioterapia. A pesar de su dolor, el niño se había recuperado un poco y ya se encontraba en mejor estado, aunque la experiencia seguía siendo aterradora y desgarradora para él. Sarada, no había dejado de acompañarlo ni un solo instante. Sabía que debía estar junto a él, dándole el amor y la compañía que necesitaba para superar esa difícil etapa.
Ahora se encontraba en una casa diferente, lejos de su apartamento, un lugar al que Khaled la había llevado sin previo aviso. No había sido una decisión de ella. En realidad, se había opuesto, pero Khaled insistió en que debía estar allí, en un mejor lugar y con mejores condiciones, pues él había contratado a médicos y enfermeras que atenderían al pequeño. A pesar de la incomodidad que le causaba esa situación, Sarada no tenía otra opción; su hijo necesitaba atención y cuidado constantes.
Era mas de las diez de la mañana, el niño descansaba, viendo televisión