CAPÍTULO 6. Las reglas del juego.
Capítulo 6
Las reglas del juego.
Isabela apartó la vista hacia la ventana al sentir la mirada invasiva de Gabriel, su cercanía, su trato, lo que proponía era algo totalmente descabellado, pero a su vez era su única salida.
Su salvación.
—Si voy a aceptar esta alianza, será bajo mis condiciones —dijo Isabela, con la voz más firme de lo que se sentía.
Gabriel no respondió enseguida. Se limitó a mirarla, los ojos fijos en ella, la expresión neutra. Luego, asintió lentamente, como si le estuviera dando la oportunidad de hablar, pero sin concederle el control.
—Adelante —murmuró—. Te escucho.
Isabela respiró hondo. No tenía fuerza para imponerse físicamente, al verlo recargado en esa silla de ruedas, con expresión neutra y brazos cruzados... con la confianza de quien está acostumbrado a conquistar voluntades.
—Nada de intimidad. Dormiremos en habitaciones separadas. No habrá contacto físico innecesario.
—¿Ni una caricia? —replicó Gabriel, con una media sonrisa—. ¿Ni siquiera para las cám