Capítulo 96
|| Punto de vista de DANTE ||
La habitación estaba en penumbra, iluminada solo por el tenue resplandor de la lámpara de la mesilla de noche. El silencio se extendía a nuestro alrededor como una soga, pesado y sofocante.
Me senté en el borde de la cama, con los codos sobre las rodillas, mirando fijamente al suelo. Mi mente se sentía como cristales rotos: cada pensamiento era agudo y doloroso, y me cortaba más profundamente cada vez que intentaba darle sentido. Mi madre se había ido. Y no tenía a nadie a quien culpar más que a él.
A mi abuelo.
«La he perdido», susurré, sin reconocer apenas mi propia voz. «He perdido a la única persona que realmente importaba».
Bellona se arrodilló frente a mí, con las manos descansando suavemente sobre mis muslos, tratando de tranquilizarme, pero no funcionó. Nada podía tranquilizarme ahora. Estaba desorientada, flotando en un mar de dolor y furia.
«No sé qué hacer», dije con voz entrecortada, mientras el peso de todo lo que había estado con