Capítulo 129
|| PUNTO DE VISTA DE VALERIA ||
Acababa de encender la última vela de la mesa del comedor cuando oí la puerta principal abrirse con un chirrido. Después, el suave repiqueteo de unos zapatos resonó en el pasillo. Mis manos quedaron suspendidas en el aire, aún sujetando el último vaso que estaba colocando. No necesité mirar para saber quién había entrado.
La voz de Dante se escuchó, grave y familiar.
—Ya estamos en casa.
Nosotros.
Apreté la mandíbula.
Me giré despacio, colocándome una máscara de serenidad sobre el rostro. Dante entró al comedor con Kayla a su lado. Sus tacones resonaban en el suelo con una teatralidad innecesaria, como si estuviera entrando a un salón de baile y no a nuestra casa.
—Valeria —saludó Dante—. Huele muy bien.
Asentí. —He preparado cordero asado. Con romero. Tu favorito.
Sus ojos se suavizaron apenas un segundo, antes de que Kayla le rodeara el brazo con exceso de cercanía.
—¿No es dulce cuando la gente se esfuerza tanto por impresionarte? —dijo